sábado, 1 de diciembre de 2018

Certificado


Estaba sentado, mirando a todos lados a ver si ella aparecía, la ultima vez que la vi estaba vestida de rojo su color favorito, supongo que esta vez vendrá así, con esa vincha negra en la cabeza, con esos aros de letras, con ese perfume de niña, así vendrá.

Señor va a tomar algo me dice un joven alto vestido de rojo, ¡ese color me persigue! tráigame un capuchino por favor y una empanada de queso, le respondí, al frente mío había una pareja el tendría unos cincuenta años, ella unos treinta y cinco, debe ser su padre pensé.

Ella vendrá, estoy casi seguro, si bien no me respondió el mensaje pero eso habíamos quedado la ultima vez que nos vimos, si , esa vez que nos encontramos en al lobby del hotel la mañana del sábado y ella subió a mi cuarto sin problemas, nos hicimos lo que  íbamos a bajar el bolso para que no nos cobren la noche adicional y estuvimos ahí todo el día, que me importó el congreso, el certificado y lo demás. Estuvimos todo el día.

Aquí esta su pedido me dice el de rojo, mientras levanto la mirada y veo sus ojos negros, son igual al de ella, será su hermano que esta trabajando acá, le preguntaré si la ha visto o si la conoce, no lo hago.

El señor del frente no había sido su padre, había sido su esposo, amante o concubino o quizá estaba de pasada en un congreso de oftalmología o una capacitación de impuestos o una cruzada de responsabilidad social.

Va a pedir algo mas dice el joven de rojo, pero no ve que no he terminado todavía, pienso decirle pero no lo hago, no señor gracias, le respondo.

Ella vendrá si o si, si ese día estaba nublado como ahora, si era miércoles como ahora, si yo le había escrito como ahora, ella vendrá, ella vendrá.

El ultimo sorbo de café hace que levante la mirada, ahí en el mostrador estaba ella, de rojo, de vincha negra, preguntaba por alguien será ella , hace tiempo que no la veo será que me olvide de su cara o ha cambiado bastante, será que le pregunto su nombre, me paro, camino hacia ella y justo cuando estaba por tocarle el hombro, el de rojo me grita, señor, no ha pagado su consumo, pero que hijo de mil como me va hacer esto justo antes de hablarle, me vuelco le paso mi tarjeta de crédito y cuando vuelvo la mirada ya no estaba, un mensaje en el celular decía: esta vez no será igual.

Salgo pido un taxi y me voy a recoger el certificado.

Agradecimiento


Después de días de reposo,
De nos saber si es o no,
De estar en cama, con frio, comiendo helados.
De ir a la sala, a la cama o a la sala nuevamente.
De andar sin rumbo entre cuatro paredes.
De estar aquí pero con la mente allá.
De temperaturas elevadas y poleras mojadas.
De ese dolor al tragar saliva que te acercaba a la muerte.
De mirar algo pero no ver nada.
De tomar pastillas cada tres, seis, ocho y doce horas,
De esperar que anochezca y luego esperar que amanezca.
Luego de lanzar oraciones sin sentido y sentir cuchilladas en la garganta.
Entendí, que estoy vivo y eso me reconforta.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Yo o mi otro yo

Al otro, es a quien le ocurren las cosas. Yo en cambio soy tranquilo, camino por las calles de la ciudad y me demoro, la rutina me tiene mecanizado; del otro tengo noticias por el correo, por las redes sociales, por un mensaje de Whatsapp escrito hace días que recién leo o por una publicación en un diario reconocido de la ciudad de algún día que nadie sabe cuándo, ni él ni yo; o por alguna jocha que hace en esas noches de luna llena.

Me gusta el fútbol, los relojes de arena, tengo uno en la oficina, los mapas, el sabor del café, escribir algún poema extraviado o un cuento sin sentido o una charla de cualquier cosa un jueves de frater, el otro comparte esas preferencias pero la vanidad lo acorrala.

Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo para prohibir todo resabio de escritura del otro, nuestras peleas se basan en la premisa de que nadie puede vivir de escribir, salvo casos excepcionales como el de Borges entre otros. El otro,  vive para escribir y para hacer cosas las cuales yo no comparto.

Mi vida está obligada a tapar al otro, estoy destinado a esconderlo, y sólo podrá sobrevivir en el recuerdo de un cuento sin final feliz o en una prosa con rima o en una foto tres por tres publicada en el diario de la ciudad.

Spinoza entendió que todas las cosas quieren preservar su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre, el otro quiere ser escritor. Y, ahora me entero que se había escabullido en una noche fría de julio y entre sus charlas de políticas se había desdoblado, a través de su alma se escabulló por las oficinas del Tribunal, abrió un libro y se registró en un partido político del cual su ideología no conozco, ni comparto.

El otro siempre me hace cosas como esas, con la premisa de tener anécdotas para un cuento nuevo,  por eso duermo con un ojo abierto con la pena de que se escape por las noches y cometa barbaridades como la vez que salió e hizo aullar a todos los perros del vecindario o la vez que prendió todas las luces de la casa de al lado o la vez que tocó el timbre cuando la vecina estaba con su amante que tuvo que huir por el techo.

El otro siempre me hace jochas, ahora lo he mandado que una de estas noche se escape y borre mi registro de militancia del partido político del que no recuerdo el nombre, en todo caso, si no lo hace y dudo que lo haga, tendré que poner mi cara de inocente y eliminar ese bendito registro o quizás la noche que vaya, muchas almas harán lo mismo. Yo escribo realismo, mi otro yo, ficción; cualquier parecido a la realidad es ficción escrita por el otro en una de esas noches sin oficio.

Lic. José Fernando Suárez S

Comunicador Social

* Inspirado en el cuento “Borges y mi otro Yo.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Desprendimiento


Treinta y siete años la tuve a mi lado, muchos decían que es mejor dejarla donde está que no hace daño, que más bien ayuda, pero era una vida de amor y odio, yo la amaba cuando ella no me molestaba, pero cuando empezaba con su dolores y sus insinuaciones yo mismo quería botarlas, expulsarla o tragármelas

Después de días de dolor, de frustración, aparecía esa fiebre de 40 grados, esa fiebre que te dejaba en cama por días, hasta que una pastilla o una inyección atacaban a los extraños.

A las 8 de la mañana como estaba programado estuve en la sala indicada, una señora vestida de blanco me pasa una bata y me dice: quítese todo y póngase sólo eso.

Me sentí indefenso, propenso a las barajas del destino a que la fe haga su trabajo con las múltiples oraciones, ahora lo llevamos, me dijo la señora de blanco, pase unas cinco salas todas de color blanco y llegue a la última, ahí unos reflectores alumbraban mis ojos, lo trasladaremos a esta camilla me dijo una joven vestida de color rosado con la cabeza y la boca tapada.

Todo va a salir bien me dijo un señor vestido de un uniforme celeste, llevaba un chulo en la cabeza, un barbijo que solo dejaba ver sus ojos cafés, vas a sentir mareos, nos avisas, otro señor sentado a mi lado vestido de la misma forma me dijo: ya vas a estar blandengue.

Poco a poco fui cerrando mis ojos, no sé si mi mente o mi alma se pasearon por lugares inexplorados, viajé kilómetros y kilómetros en cuestión de segundos, vi playas desiertas con ballenas peleando la comida diaria, vi desiertos soleados con una iguana metiéndose debajo de la arena, vi selvas inmensas como monos entre árboles, vi cielos y cielos y luces y luces, hasta que una maldita vos silenció mi sueño, todo salió bien, dijo el señor de derecha.

Y que hago ahora que ya no estas, que te fuiste para siempre, cuantas veces te amenacé, siempre peleamos por llevarnos bien, pero no se pudo, eras vos o yo, y fuiste la que se llevó la peor parte, yo en cambio con unos pocos dolores aguantables, que supongo que dentro de días no habrá resabios de tu presencia en mi cuerpo. Malditas amígdalas. Ahora que ya no te tengo extraño tu dolor, las semanas que vienen serán algo duras sin ti, pero como toda muerte dentro de un mes solo serás el recuerdo de una vida a mi lado con tristezas y alegrías y algún tiempo más  solo serás esas partículas de carne negra colocadas en ese bote de alcohol.


El Café


El Café
Ese olor agradable que el paladar empieza a desear como un beso furtivo

            Ese olor…



A una mañana soleada o a un campo luego de una llovizna de septiembre

Ese olor…



A fragancia juvenil a sudor de jueves eternos

Ese olor…



A una vida ya vivida o a una por vivir

Ese olor…



Ese olor, a mí o a ti, que perdura en el recuerdo de una mente extraviada.

Ese olor, a café.




viernes, 2 de noviembre de 2018

El vuelo


Última llamada a los pasajeros del vuelo 508 con destino a la ciudad de Cartagena decía una voz femenina por los parlantes.

Llegamos a tiempo, mostramos el pasaporte, los pases a bordo y a un trote lento subimos al avión. Que numero es su asiento me preguntó una señora vestida de negro que estorbaba el pasillo, 30 A, le respondí, es al fondo me dijo mientras apuntaba la cola del avión.

A mi acompañante le asignaron el asiento 10 B.  A mi lado, había una joven de cabello rubio, tenía unos diez tatuajes, las letras del abecedario en los nudillos de los dedos, una mariposa gigante en todo el ombligo, su camisa estaba amarrada por lo que mostrando casi toda su cintura.

Estoy muy cansada, voy a dormir, cuando llegue la comida me levantas por favor, esas fueron la únicas palabras que me dijo en las seis horas de vuelo. Al del otro asiento no lo pude ver porque ni bien despegamos un hombre de unos cincuenta años fue al baño.  

Entramos a una zona de turbulencias dijo el capitán de la nave, cinco minutos después, parecíamos que estábamos dentro de una licuadora, mi cabeza se iba salir de su lugar, el hombre en el baño, y la mujer al lado dormía, estuve a punto de interrumpir si sueño buscando quien me tranquilizara.

El sube y baja o quizá la sensación de subir altura y luego perderla me revoloteo el estómago, algunos flujos estomacales aparecieron en mi boca y un mareo repentino se hizo presente. Mis suplicas estaban centradas en la fe.

Una voz gruesa explica un problema en uno de los motores del avión y la proximidad del aeropuerto más cercano, el flujo se hizo presente y tuve que utilizar las bolsas colocadas en los respaldares del asiento.

Algunas cosas empezaron a caer de los compartimientos, una pareja de ancianos que estaban adelante rezaban en vos alta, el hombre no volvía del baño y mi vecina dormía.

Quise levantarme para ver cómo estaba mi acompañante en las filas de adelante pero la mujer de la entrada me lo prohibió. Miré por la ventana del avión y vi fuego en una de las alas, avise a la señora de negro y ella corrió para adelante, la vecina no se levantaba y el hombre no volvía del baño.

Un estruendo, un movimiento brusco y el avión se detuvo, sentía unos golpecitos en el hombro, cuando volví en sí, una señora  de un vestido color rojo me decía, señor, señor, ya llegamos a destino, miré a mi lado, la vecina no estaba, volqué para atrás y un hombre salía del baño.




Encuentros


Esa mirada de cielo celeste,

De ojos negros y leve sonrisa,

De manos sudorosas y una tembladera parecida un párkinson avanzado,

Esos besos lentos pero eficaces,

Tan eficaces que dejaban recuerdo trimestral.



Una cintura agónica, que está a punto de extinguirse

Esos cabellos rizados que se entrelazan

La boca, roja o rojiza o quizá un poco rosadita, pero en fin boca.



Esos encuentros, ay, esos encuentros, infinitos pero cortos,

De instantes pero eternos, sin contacto pero extenuantes,

Esos encuentros, quien sabe, si fueron reales,

O fueron sueños que perturbaron la noche y sacrificaba el descanso.



Esos lugares inexplorados que sucumbían en el sudor,

Que se convertían en tierra salvaje y fértil

En día lluvioso en bosque escondido,

En paisaje eterno de un día en la playa.



Ay, esos encuentros,

Quizá fue un sueño,

O fue una película recordada,

O un video por internet,

O una infancia extraviada que vuelve a aparecer,

Ay, esos encuentros,

Quien sabe, quizás solo fue un sueño.

jueves, 11 de octubre de 2018

Ambición Planetaria


Papá…porqué lloran los ríos? Me preguntó mi hijo de cuatros años luego de ver la obra teatral presentada en el stand de Saguapac durante le Feria Exposición.
Según el BBC, un grupo de científicos alertó de un alarmante incremento en la extinción de especias de animales por culpa de las amenazas de la biodiversidad y a los ecosistemas.
"Los cambios de ecosistemas y pérdidas de biodiversidad se han acelerado. Los ritmos de extinción de especies son al menos 100 veces más elevados que los que existían antes de la aparición de seres humanos y se espera que sigan en aumento", aseguró a la agencia EFE Georgina Mace, vicepresidenta del grupo de científicos Diversitas.

Pero papá…cómo puede ser que los río lloren? Prosiguió con su interrogante.
En el interior del pabellón un hombre y una mujer dialogaban sobre la ambición de la humanidad.

La ambición nos convirtió en tremendo depredadores… que culpa tiene el río, que culpa tiene la ciudad… Los dinosaurios estuvieron 200 millones de años en el mundo y fueron incapaces de dañar la ecología planetaria, sin embargo nosotros, sólo llevamos cinco millones de años en la tierra. Y ya podemos liquidar la vida en el planeta.

La ambición nos convirtió en tremendo depredadores… y lo estamos logrando, ya nos queda poco tiempo, por eso llora el Sena, el Tíber, el Támesis, Yamuna, Bósforo, Cefiso, Moscova, Potomac, el Piraí, todos los ríos del mundo, la vida del mundo, la naturaleza del mundo, lloran por nosotros. La humanidad destroza el paraíso y hay ángeles desplumados en el piso.

Empecé a explicarle sobre la contaminación de los ríos, la deforestación de los bosques, el aumento de la basura con sus bolsas de plásticos y botellas que van a parar a los ríos y mares, y otros problemas medio ambientales buscando responder la pregunta de ¿porque lloran los ríos?.

¿Sabe cuándo la humanidad será verdaderamente grande? Le pregunta la mujer que estaba actuando en el escenario.

Cuando renuncie a su ambición de poseer y consumirlo todo, cuando nos demos cuenta que somos lo que el mundo nos da y no que le quitamos. Que cuidar el planeta es cuidarnos a nosotros mismo. Entonces recién seremos grandes. Responde el hombre. Finaliza con un slogan, somos agua, cuidémonos.

Los ríos lloran por que los contaminamos, le respondía al oído a mi hijo mientras le agarraba de la mano para seguir el recorrido ferial.

lunes, 1 de octubre de 2018

El tiempo pasa


Esa foto cuando teníamos tres años,
apenas unas palabras inentendible salían de nuestras bocas,
Y,
el tiempo pasa…
Esa sonrisa de inocencia, esos ojos de felicidad incontrolada,
ser niño,
Y,
El tiempo pasa…
Con su idas y venidas, con su dulces momentos y cortos sinsabores,
con su ritmo incontrolable que deja sin aliento al más atleta de todos,
con sus días fugaces y sus noches instantáneas.

Y,
El tiempo pasa…

Pasa como la lluvia, o como una mirada penetrante o como una sonrisa o como una lagrima.

Pasa, y sin darnos cuenta, somos jóvenes y en una pestañeada somos adolescentes y como un sueño nos convertimos en adultos.

Y,
el tiempo pasa…

Y, pasa rápido, instantáneo diría, pasa tan rápido que son tantos recuerdos, pocos se almacenan en la mente.

Y,
El tiempo pasa…
Pero aparece esa foto que no estaba enmarcada entre las neuronas, y te transporta a la niñez, a esa mirada de felicidad, a esas palabras entrecortadas y sin contenido, a sonrisa eterna.

Y,
el tiempo pasa…

Y, solo queda agradecer por las huellas que dejó  y esperar la siguiente foto que algún día nos vuelva a transportar al pasado.


1/10/1981

viernes, 7 de septiembre de 2018

Noches eternas


Durante esos días de desvelo
donde el sueño no llega a pesar de estar con los ojos cerrados por horas
y maldecir no haber tomado algo para contrarrestar ese síntoma caótico y desagradable.

                                                           Y

Pensar en la vida o en el trabajo
o en las malditas deudas o los sueños incompletos
o los completos o el cielo o el futbol o la vida o la nada.



Los parpados que se cierran pero la mente no, y
el viento que sopla y los barcos que pasan con las velas flameando
y un avión que duplica sus turbinas para llegar más rápido a destino.

Y

La familia aparece con
quien soy o a donde voy
y un mosquito que zumba por el oído.

Las horas vuelan
y el sol nuevamente va asomando poco a poco
mientras las sábanas de la cama queda regadas por el suelo.

Y

Justo cuando el cansancio llega y,
el cuerpo lo complace,
apareces, no sé si es real o ficticio,
sólo apareces y mis noches son eternas.

viernes, 17 de agosto de 2018

Viernes, un día normal


Esos viernes, que por ser ese día, hay una motivación externa,

Pero un dolor abdominal, o un cólico, o la cabeza o el pecho, o por algún lugar lejano e indescifrable.

Un dolor aparece inesperado causando estragos en su receptor, gritos, sudor, gritos y lamentos desesperan a cualquiera.

Pero es viernes, ese día que todos esperan,

Y el dolor que va y viene como un volantín, sube y baja, como un avión,
sube y baja, como una canción mal grabada.

Y, en esos momentos donde la desesperación se apodera y los nervios que uno los cree controlados empiezan a escaparse por todos lados como una fuga de agua de una cañería vieja.

Pero es viernes, y estos días, todo sale bien, por más que las cosas no vayan de esa manera.

Pero el dolor vuelve, y para los pelos, tiemblan los huesos y los mareos y el trago y la vida por la cabeza y las vueltas y el suelo y el golpe y el dolor nuevamente.

Y uno que dice una cosa y otro que dice lo contrario y nadie sabe nada o nadie quiere saberlo y opiniones de el o ella o todos o ningunos o nadie.

Pero es viernes, y por más que sea viernes, el dolor persigue a ese día y todos los días que vendrán.

Y, es viernes, justo este día vuelve el descanso.

Y, es viernes, un día normal que permanece en el recuerdo y el dolor se va extinguiendo poco a poco.


Correo a Simón Bolívar.


A inicio de la mañana me enteré el escándalo del robo de la medalla y la banda presidencial y en mi afán de periodista informativo utilizando el poder inter espacial del internet, envié un correo a simon.bolivar@hotmail.com informado lo que estaba sucediendo.

El correo decía lo siguiente:

 Excelentísimo señor Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco. Mediante el presente quiero informarle de un hecho fortuito que pasó en el país, le comento que esa medalla que dejó antes de irse, ha sido robada, diga usted que el encargado de trasladarla a Cochabamba en su afán pro creacionista, imitándolo; se fue a uno de esos lugares, no sé cómo explicarle, seguro que en su época eran llamados de otra manera, esos lugares donde el amor y los besos se los consigue con dinero,  ahí perdió no solo esa medalla si no la banda presidencial bordada en oro.

Ni bien el mensaje fue enviado, recibí el correo de respuesta que decía lo siguiente:

Estimado señor periodista:

No entiendo muchas cosas de su mensaje, primero, a mí me dicen Simón a secas. Segundo, lo único que yo he creado han sido hijos, si mi memoria no me falla, son doce los míos al menos los que me han buscado hasta el día de hoy, en cuanto a esa famosa medalla de la que me escribe, me apena mucho su perdida, supongo que era muy valiosa. No sé en qué podría ayudarlo. Espero sus comentarios.

Al instante le respondí:

Señor Simón:

La medalla extraviada es una reliquia, es comparada a una corona de un rey, usted dejó este mensaje antes de entregarla “esa medalla lleva  la figura del Cerro Rico de Potosí, con una escalera formada por cañones, fusiles y banderas, que acompañaron en la lucha por liberar a muchos países, ese objeto es un amuleto de la suerte, será una insignia que acompañará a todos los presidentes de esta hermosa República”. En el país hay un escándalo porque se la han robado, yo sólo quería informarle para que usted esté al tanto de este pequeño impase.

A media tarde los portales informan que los símbolos fueron devueltos, inmediatamente redacto un segundo mensaje que dice lo siguiente:

Señor Simón:

Comentarle que la valiosa medalla ha sido devuelta, la dejaron en el  atrio de una iglesia, ya todo volvió a la normalidad. Esperando nuevamente que el próximo seis de agosto el encargado de llevarla no le venga esa fatiga crónica y se desvié de su camino.

Hasta el día de hoy no he recibido respuesta alguna, supongo que el Libertador debe estar muy enojado por esta incómoda situación o está en camino a la ciudad del Alto.

“En un país de ficción ocurren hechos que parecen reales”, comentó un transeúnte que pasaba por la estatua de Simón Bolívar, ubicada por el primer anillo.

Lic. José Fernando Suárez Sanguino

Comunicador Social

*Coleccionista de historias reales de una sociedad de ficción.




sábado, 28 de julio de 2018

Una rara banda musical


Cuando pasaba por una de esas calles del centro de la ciudad, escuché a dos personas vestidas de verde con unas estrellas en el hombro en una distraída conversación.

¿Qué pasa mi comandante lo noto preocupado?, le dice el de la derecha.

-Nada, teniente, responde el de la izquierda.

- Cuénteme mi comandante, usted sabe que hemos salido de varias. Dice el de la derecha.

-Vengo escuchando que la banda musical anda muy desafinada, no sé ¿qué es lo que pasa?, cuando empiezan a tocar se escuchan aullidos, me da la impresión que están tocando en medio de la selva, escucho aullido de monos, gatas en celo, chillidos de ratas, hasta escucho el zzz de las víboras. Dice el de la izquierda.

La música a lo largo de la historia ha sido importante en del desarrollo de la humanidad. La banda militar es un grupo del ejército que contribuye a realizar los toques y marchas. Cada toque militar tiene un significado propio. Por ejemplo el toque de diana, es una melodía de festejo que realiza la banda musical para resaltar algo.

- Quiero que me hagas un favor, le responde el de la izquierda.

- Claro comandante, dice el de la derecha.

-Esta noche, cuando todos duerman, quiero que vayas con un grupo de élite, y revises todos los instrumentos, estoy seguro que están traficando animales en peligro de extinción estos cangrejos. Dice el de la izquierda.

-Mi comandante, dos de los camaradas de la banda están castigados, le responde el de la derecha.

- ¿Cómo es eso? Le responde el de la izquierda.

- Se acuerda esa vez que vino el jefe y los hizo arrestar por no tocar la diana cuando hacía gol. Responde el de la derecha.

-No, eso fue hace harto, no es eso. Dice el de la izquierda. Estoy seguro que hay animales escondidos ahí.

Unas dos cuadras antes de llegar a la plaza, me dí cuenta que los de verde estaban nerviosos por mi cercanía hacia ellos, frené en seco y me hice como si hablara por teléfono.

Ahora cada vez que escucho un chillido desafinado de una banda musical, pienso que el mono está acomodándose dentro del bombo.

Luego me fui directamente a la zona del avión pirata a verificar si los que ofrecían el servicio de banda musical no escondían animales entre sus instrumentos.



Lic. José Fernando Suárez Sanguino

Comunicador Social

*Coleccionista de historias reales de una sociedad de ficción.










jueves, 26 de julio de 2018

Descanso placentero


Llegó a su casa el sábado en la noche después de jugar fútbol, todos los sábados hacía lo mismo, iba a visitar a su mamá, almorzaba con ella, iba a recoger a su hijo, y se dirigía a jugar fútbol, esa rutina estaba marcada por años de años, todos los sábado desde que tengo uso de razón hacía los mismo.
 Ese sábado fue diferente, mientras estaba parado por la luz roja del semáforo, se le vino a la mente esa palabras que anudadas entre sí formaban un algo, fue como si una luz del arco iris entrara a su cerebro o como diría su psiquiatra la luces del cambio al rojo, amarillo y verde o al verde, amarillo y rojo formaron una luz que le nubló la visión y lo hizo recitar cosas en principio sin sentido.

Boquita mía,
Sensual, afrodisiaca, lunática,
Reojo sobre ojo,
mirando el cielo o la tierra o la nada
Ahí estamos, viviendo la vida,
Mí o de alguien que no sé quién es.

Eso fue repitiendo una y otra vez, a cada rato, incluso mientras jugaba fútbol iba diciendo cosas como: ojo y reojo, miro y no veo.

Ese día, ni bien el árbitro dio el pitazo final, el salió y se fue, llegando a su casa, su celular sonaba y sonaba, se había olvidado de su hijo en su fraternidad, tuvo que volver a recogerlo.

Su esposa pensó que un extraterrestre se había apoderado de su ser, su madre decía que un espíritu maligno estaba introduciéndose en su cuerpo, su padre un poco más escéptico aducía a esas viagras que tomaba una vez a la semana,  su hijo pensaba que era el golpe en la cabeza producto del choque con un rival justo antes de hacer el gol que los haría perder el campeonato.

Ojo y reojo, ojo y reojo decía, el psiquiatra recomendó hacerlo dormir un mes, y así fue, luego de estar cuatro semanas durmiendo con un suero en el brazo, él recobró el sentido y su primera pregunta fue:
¿Quién salió campeón?

Se tranquilizaron cuando se puso a escribir sus poemas diarios y el tema central fue, un descanso placentero.



Amistad


Escuché por algún lugar
donde el viento sopla sin dejar rastro
donde la brisa llega suave y despacio
donde la mirada se pierde en el horizonte
donde la vida empieza o quizás acaba.
 
Quién sabe?

Escuché por algún lugar quien sabe dónde,
allá en un lugar lejano
escuche de la amistad,
no sé si será un hombre anciano
una viuda moribunda
o un niño recién nacido
sólo sé que la amistad
es cultivada,
en algún viento lejano
donde la brisa llega suave
y la mirada se pierde en el horizonte.

viernes, 13 de julio de 2018

Retrovisor


Esos días nubosos donde el aire se hace denso
y las miradas se pierden en ese abismo
de melancolía.

No sé, si el viento o el sol o la luna
pero el ánimo no llega,
las ganas se pierden en esa rutina tediosa
llena de noticias y amores pasajeros.

Ese beso al descuido
que genera una ira descontrolada
esa luz roja del semáforo que detiene el momento
y ese idiota que no hace más que mirar por la ventana.

Y, yo ahí presenciando el mundo en una esfera
un perro casi es arrollado
una sonrisa fugaz de una señora pasajera de una moto a prisa.

No sé, si el calor sofocante
o esa brisa que no refresca
que sopla pero no hace nada.

La mirada perdida de una joven enamorada
se cruza con mis ojos que derraman algo,
o es el agua que inunda el limpiaparabrisas.

Ahora estoy ahí,
no sé si arrancar, detenerme y dejar todo como está
o simplemente caminar por donde voy yendo con la rutina clavada en el retrovisor.




miércoles, 20 de junio de 2018

Viaje


El viaje que íbamos a ir, juntos a esos lugares inexplorados, playas, bares, discotecas, montañas, lunares, pies, besos y abrazos.

Ese viaje que fuimos y volvimos, que llegamos pero no estuvimos. Ese viaje, que planeamos bajo la luna, pensando en nada, o quizá pensando en los dos, sólo en los dos, algo que nunca hicimos.

Ese viaje  que quedó en mi memoria, repasando momentos fugaces y playas irreales, ese lugar en medio de la nada que lo visitamos muchas veces.

Ese lugar está ahí, sólo en nuestra mente.



Miedo


Este invierno es raro,
a veces el frío es insoportable otros días
de la nada, el sol sale calienta unos minutos
y se vuelve a esconder.

Algunos días amanece lloviznado
esas minúsculas partículas de agua que en cantidades
dejan mojada a todo el que se le atraviesa en su camino.

Otros días no se sabe,
o está frio o hace calor,
no existe término medio que regule
el ambiente.

El frio hace temblar
y a los minutos el calor hace sudar
y al poco tiempo la lluvia envuelve el cuerpo
y las risas, las caras tristes
se van pronunciando de acuerdo al tiempo.

Y entre frío y calor
o calor y frío
entre alegría y tristeza
entre sudor y escalofrío
apareces, no sé de cómo,
sólo sé que apareces y,
eso me atormenta.

viernes, 15 de junio de 2018

La desconocida


El beso llego cuando menos lo esperaba, estaba sentado en el banco de la plaza cuando una mujer me pide permiso para ocupar el asiento del lado, accedí sin ninguna restricción, a los pocos minutos se dio la vuelta y me preguntó mi nombre, me llamo Luca le dije.

Se dio la vuelta y me dio un beso en la boca, no supe si levantarme e irme, lo único que hice fue quedarme totalmente quieto como si nada hubiera pasado.

Abrí los ojos como si esa ráfaga amorosa hubiese asesinado mi personalidad, ella se había dado la vuelta como si nada hubiera pasado. Yo la miraba para ver cómo estaba vestida, miraba esos huecos en sus jeans y esa blusa escotada, la miraba para ver si en algún momento, ella se volvía nuevamente hacia mí y obviamente, yo esperaba ser más valiente que hace cinco minutos.

A los minutos se paró y se marchó para siempre, llegue a mi casa a la misma hora, salude a mis hijos y cuando iba a saludar a mi esposa ella me espera con la fotos de la señora de la plaza, le había llegado un montón de  todos los ángulos posibles. Muchas veces había escuchado el cuento del tío, había visto en la televisión de cómo  estafan a mucha gente pero esta jugada fue diferente, rara, anecdótica.

Ahora diez años después, cuando paso por ese banco de la plaza y veo parejas besándose miro a los alrededores para verificar si no hay algún cómplice sacando fotos.

Después de tantas peleas y discusiones, después de muchas horas sentados en bancos diferentes para poder encontrar a otros siendo estafados de la misma manera y no obtener resultados, me doy cuenta que en esta vida lo que vale es una simple foto de whatsaap, lo demás es un cuento como este.






Invierno eterno


Hace frio y estas lejos o cerca quien sabe
el frio llegó avisando de a poco, con ráfagas de viento
llego despacio en principio para luego penetrar hasta los huesos.

Hace frio y me vuelco a tu lado
estiro mi mano, en las penumbra de la noche
voy buscando, voy tocando hasta que llego a ese piso frio que me vuelve en sí.

Hace frio y el rio suena,
y las aves ingresan a su nido ahorrando esas energías
y yo, aguanto con lo que me queda.

Hace frio, y siento, en realidad no sé si mi alma se ha congelado
o la nieve que nunca cae aparece en un sueño nocturno
o el viento se lleva esos pensamientos que atormenta la mente.

Hace frio, y es invierno, todo está gris
y te quiero besar pero mis labios tiritan y se endurecen,
y me vuelvo a tapar buscado ese algo de calor que no llega.

Hace frio, y es de madrugada,
y no puedo dormir por miedo a volver en los pensamientos,
y me revuelvo entre sábanas y oleos de perfume que quedaron esparcidos.

Hace frio, y yo cada vez siento
que el invierno es eterno.

viernes, 25 de mayo de 2018

Recuerdos


Después de un roce fugaz, y miradas inconexas

Después de tantas idas y venidas

Y vueltas,

Y lugares,

Y cielos

Y pinturas en oleo

Y lugares lejanos

Y policías molestando

O simplemente cortando la inspiración.

Y lluvia

Y viajes

Y la pesca del día

Y el horizonte llegando

Después de tanto hablar

Y repetir cosas sin sentido

O repetir ilusiones inconcretas.

Después de soñar

Y despertar llorando

Volví,

volví con el recuerdo

De minutos eternos

Que nunca más

Se repetirán.

viernes, 18 de mayo de 2018

La Tía norma


A doscientos kilómetros está Gutiérrez una comunidad guaraní donde resucitan los muertos, media hora antes de llegar se pasa por la comunidad Tatarenda, allí hay una laguna de azufre.

La tía julia según me comenta los ha visto caminar, si bien ella tiene sus años avanzados recientemente ha ido al oculista y le han subido su medida de lente, ella los vé, no todas las noches pero los vé.

Justo para la semana santa aprovechando los feriados fui a visitarla, ella estaba ahí, donde siempre, sentada en su sillón, ese que sólo ella usa, sentada en la vereda de la calle a tres pasos de la puerta de entrada.

-Hola tía le digo.

-Que gusto verte, hijito, hace rato que no venias a visitarme, me respondió.
En medio de la conversación apareció la tía norma, hija de la tía julia, los dos nos callamos y no comentamos más del tema.

-Qué es de tu suegra, me pregunta la tía norma.

- Está en la casa, no pudo acompañarnos, le respondí.

- No te olvides que a las siete es la misa donde lavan los pies, esa que siempre vamos las dos me dice la tía norma al momento que se para y se entra a su casa, iré a ver  cómo anda la cocina, ahora eres nuestro invitado me dijo.

-hijo, los he visto más seguido me dice la tía norma, acá a tres cuadras a donde está el bateón de la clínica, allí los veo seguidos.

-¡será tía¡

-mijo seré vieja pero no loca, acá las almas vagan, vueltean, pirañean, y qué más harán en la oscuridad.

-¡no me haga dar miedo tía, le dije.

-¡hijo¡ hay que tener miedo a los vivos que esos te pueden hacer daño, los muertos a parte de asustarte no te hacen nada, me respondió.

En ese momento una briza sopló la cara de los dos, la tía norma me miró fijo y no hizo ningún comentario.

-me voy a dormir, esa briza de otoño me ha ablandado el cuerpo, tal vez sueñe contigo mijo.

-Gracias tía, nos vemos en el almuerzo. Le respondí.

Desde esa vez no la he vuelto a ver, y tengo miedo de encontrarla en el bateón charlando con sus amigos.


viernes, 4 de mayo de 2018

Contraseña


Eran las doce de la noche cuando un mensaje llegó a su celular.

-Lindo que hace…extraño sus besos y sus caricias, cuando se va a dar un tiempo para mí.
La esposa escucha el sonido, agarra el dedo del marido, lo pone en el celular y lo desbloquea.

-Hola, responde la esposa del celular del marido.

-Niño hermoso, cuando nos vemos de nuevo le responde la mujer.

-He estado muy ocupado en el trabajo y con muchos gastos, pero esta semana que viene seguro nos vemos, envíame una foto para que no me olvide de tu cara, responde la esposa.

-Cómo quieres la foto, pregunta la mujer.

-Cómo desees, le responde la esposa.

A los cinco minutos, una foto llega al celular del marido, una mujer de unos veinticinco años de edad, en ropa interior, con la boca pintada de color rojo fuerte, y el signo de un beso.

-Ahí está bebe. Ahora espero la tuya le responde la mujer.

En eso la esposa se acomoda, se acerca lo más que puede a su esposo que estaba durmiendo y se saca una selfie con una leve sonrisa, con una mano le hace un signo con el dedo del medio.

-Ahí está, te lo regalo. Le responde la esposa.

El marido se levanta con un pequeño dolor en la cabeza, lo primero que hace es agarrar el celular y observa la conversación. Sale de la habitación y busca a su esposa en la sala, no hay, en la heladera una nota que decía.

-bebe, mañana te buscará mi abogado. Posdata, está bonita tu nueva mujer, espero que no te deje en la calle.

Diez minutos más tarde, suena el despertador, el esposo se levanta, agarra el celular, mira las conversaciones, mira al lado de su cama y la ve a su esposa durmiendo, revisa sus mensajes, y bendice el día en que cambió la contraseña dactilar.



Mensaje



Estoy esperando ese bendito mensaje
que no llega,
esas frases que una vez se escriben son borradas
para permanecer en un pensamiento
o en la mente
o en el silencio mismo.

                Estoy esperando ese mensaje
                               que se borra cuando lo leo
                                               y lloro cuando respondo.

El oficio más bello del mundo


Uno ingresa a la página del Diario El Comercio en Ecuador y una franja negra con un listón del mismo color dice: “Siempre nos faltarán tres”, seguido de las fotos de los rostros de paúl, javier y efraín. Todo el portal está en blanco y negro, todas las fotos tienen esos tonos. Al abrir ese link se percibe el miedo, el temor, el luto, el sufrimiento.

Su editorial comienza así: “tres compañeros de este Diario fueron secuestrados por grupos irregulares armados mientras cumplían tareas periodísticas para informar al país”.
Nadie se imaginaba que ese 26 de marzo, en la parroquia de Mataje, provincia Esmeralda en Ecuador, sería la última vez que verían a Paúl Rivas, Javier Ortega y Efraín Segarra, tres periodistas del Diario El Comercio, que fueron enviados a esa zona para realizar una cobertura periodística sobre las condiciones de vida de los pobladores que habitan en la zona, en las que los últimos meses se habían registrados varios atentados con explosivos. Estos periodistas fueron asesinados.

Según la Comisión de libertad de prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), son 14 periodistas asesinados en el último semestre: cuatro mexicanos, tres ecuatorianos, dos brasileros, dos guatemaltecos, un colombiano, un hondureño y un salvadoreño.

El nobel colombiano, Gabriel García Márquez, habla del periodismo como el mejor oficio del mundo…ahora el periodista está expuesto a muchos riesgos varios de ellos mortales, pero hay otros riesgos también presentes en el oficio, como ser la discriminación, el recorte de publicidad, o la generación de corrientes negativas hacia un medio o un periodista.

Es evidente que toda figura social, política o en muchos casos todo criminal está expuesto a que los periodistas hablen, informen u opinen de ellos, de ahí se origina la represión que en muchos casos llega hasta hechos extremos como el ocurrido en Ecuador.

Ahora bien, es necesario que las autoridades brinden garantías necesarias para que los periodistas puedan ejercer su profesión, esa que tiene como función más relevante la de informar con toda la veracidad y objetividad.

Este 10 de mayo es día del periodista boliviano, felicitamos a todos aquellos que día a día realizan el oficio más bello del mundo y sufren las consecuencias del mismo.

viernes, 20 de abril de 2018

El poder de la clase media


Todos los días voy a dejar a mi hijo al colegio, recorro cerca de cuarenta minutos en el trayecto casa, colegio y oficina. Durante el recorrido un centenar de movilidades se cruzan en mi trayecto, muchas de ellas son pertenecientes al transporte público, transporte pesado, pero la gran mayoría son movilidades particulares, personas como yo o como usted que tienen una casa, una movilidad, y que viven del sueldo mensual que perciben, todas ellas pertenecemos a la clase media.

La clase social es una forma de estratificación social en la cual un grupo de individuos comparten una característica común que los vincula social y económicamente, sea por función productiva o social, poder adquisitivo o económico. Las clases sociales generalmente se definen de acuerdo con criterios de propiedad o riqueza, educación, ocupación u origen social.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)  durante los últimos 25 años en el mundo, la cantidad de trabajadores que viven en condiciones de pobreza ha disminuido drásticamente, pese al impacto de la crisis económica de 2008 y las recesiones globales. En los países en desarrollo, la clase media representa hoy más del 34% del empleo total.

Es evidente que ha habido un crecimiento de la clase media en Bolivia, y ésta puede jugar un papel fundamental en el desarrollo del país, pero sobre todo puede ser protagónico en las próximas elecciones presidenciales así como en las elecciones de gobernadores y alcaldes.

Todos los que formamos partes de la gran masa que componen la clase media del país tenemos que ser conscientes que somos un gran porcentaje de la masa electoral y por ende tenemos una enorme influencia como grupo votante o como generadores de líderes.

En nuestras manos está el destino del país. Y si vamos un poco más allá, ¿los próximos líderes o gobernantes acaso no podrán ser personas que representen a una clase media? ¿Puede ser el próximo presidente alguien de esta clase social?

Ahora, cuando salgo en las mañanas y voy manejando, miro por el retrovisor y veo un montón de movilidades, yendo y viniendo y veo al pasar varias urbanizaciones de todo tipo de construcción. ¿Será que no nos hemos dado cuenta que el poder está en la clase media?