miércoles, 6 de noviembre de 2019

Franquicia del Socialismo


Conocí por causalidad a Nerio, un amigo venezolano, vive por mi casa, con esto del paro cívico y todos los vecinos en las calles no hicimos amigos. En una de esas noches de bloqueo, le pregunté por qué él estaba en Bolivia y cómo fue el proceso de Venezuela, dentro de sus primeras frases hubo una que me llamó la atención, la denominó: “Franquicia del Socialismo”. Nerio hizo este relato:


“Cuando hubo la bonanza del petróleo, el gobierno a la cabeza de Chávez, empezó a dar cupos, bonos, entre los más importantes era el cupo Cabibi donde teníamos diez mil dólares para gastar, cinco en viajes del exterior y cinco a través de compras por internet, éramos bienvenidos en todos los países, los ricos, así se hizo popular el Comandante”


“A nosotros nos decían van a quedar con Cuba, les van a quitar todo, todas las propiedades privadas van a pasar al estado, van a ser un país pobre, nosotros decíamos: eso no va a pasar por que tumbamos al gobierno y eso se acaba, decíamos: Si llega aumentar el dólar Chávez se va, si llega a aumentar la comida, Chávez, se va, y todo fue sucediendo lento y progresivamente, hasta ahora siguen”


“En Venezuela crearon a través de los bonos una generación dependiente, dependiente de comida, dependiente de electrodomésticos, dependiente de todo, te daban todo pero no las herramientas para progresar, si la mujer estaba embarazadas, bonos y bonos, eso hizo que la generación de jóvenes se vuelvan conformistas”.


“El otro proceso de cambio fue cuando Chávez muere y deja a Maduro, este viene a radicalizar ya el socialismo, empezaron a cortar las divisas y a generar políticas socialistas como por ejemplo, tenías que hacer colas y colas en los supermercados para comprar sólo tres productos: Harina, huevo, dentífrico y azúcar, sólo cinco productos por persona, las empresas pasaron al estado, mucha gente empezó a emigrar”.


“De ahí en más es la implementación de la franquicia socialista, hubo elecciones contra el único opositor Capriles, el fraude fue escandaloso, vino la OEA a hacer la auditoria y dio por ganador por pocos votos a Maduro, hubo marchas y guarimbas (bloqueos) y 128 muertos, pero no se fue, tuvimos que nosotros marcharnos, el salario mínimo es 7 dólares, imposible vivir con eso”.


Mi última pregunta antes de terminar la amena charla fue: ¿Estás viviendo acá en Bolivia lo mismo que viviste en Venezuela cual crees que es la diferencia? me respondió algo sorprendente: “Acá hay patriotismo, acá hay unión,  los líderes han  sido inteligentes al ser pacífico, allá salieron los militares a reprimir, acá hay amor por su tierra, depende de este movimiento para que la franquicia del socialismo no se instale, caso contrario, el destino de todos ustedes será el mismo que nosotros ya vivimos”.


Esa noche pensando en esa respuesta se vino a mi mente la frase de Camacho: “Dios y la Biblia vuelven al palacio”.


Lic. José Fernando Suárez Sanguino

Lic. Relaciones Públicas
















jueves, 26 de septiembre de 2019

Un loco enamorado


Poemas que salen del alma…

Ojos negros… canticos

Sonrisa pasajera y cara blanquecina

Actúas o solo es conmigo,

Me miras o es al público,

Sonríes o es al del lado,

Eres luz, o algún personaje bendito,

Era alegría o solo sigues el libreto,

Eres humanidad o el guion te lo impusieron.

Me sonríe o es tu forma de ser,

Eres así conmigo o con los cien que todos los días van a verte.

Eres,

Una actriz,

Yo... un loco enamorado.




¿Cómo nace el arcoíris?


¿Cómo nace el arco iris? me preguntó mi hijo al entrar a uno de los stand en la Feria Exposición, el arco iris es la difracción de la luz le respondí, cuando llueve y sale el sol se produce ese arco que no se sabe dónde inicia y donde termina, ese hermoso objeto de la naturaleza nos muestra al rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta.

En un brazo metálico colgado de una de sus paredes aparece el arco iris con un mensaje contundente: Yo…no existiría si no existiera el aire limpio. Yo…no existiría si no existiera la luz del sol atravesando la transparente atmósfera. Yo…no existiría si no existiera el agua pura y leve. Yo…sólo puedo existir si hay armonía en la naturaleza, finaliza el personaje.

Recuerdo de niño que mis padres decían que al final del arco iris había oro y que su brillantez hacia que se forme ese resplandor forma de arco con muchos colores. Pero… ¿Qué piensan nuestras etnias del oriente boliviano con relación al arco iris?

Los Guaraníes creen que el arco iris es una serpiente de otra realidad que domina el agua, viven en el cerro y exige respeto a la naturaleza. Los Guarayos creen que el arco iris es una serpiente de ese color que domina el agua y las lagunas, que gracias a ella las aguas los han bendecido.

Los Ayoreos creen que el arco iris es un ser celestial que se transforma en agua, en bestia, en nubes y sube al cielo. Los Chiquitanos creen que un niño se cayó al río vistiendo de una ropa de muchos colores, se convirtió en jichi y es el guardián de los ríos.

Los Mojeños creen que el arco iris es una niebla que desciende hacia los ríos y lagunas. Los Yuracarés dicen que el arco iris es un gigante del cielo que bajó al agua y los protege. Los Whenhayek dicen que el arco iris es el grande Mayek que vive bajo el agua, no tiene forma y si lo enojan produce inundaciones. Los Sirionó creen que el arco iris es el reflejo de la sicurí que viven en aguas profundas y allí sumergida los protege.

Papi me pregunta Franco, mi hijo menor al salir ¿con ese humo que hay por la casa será que podremos ver el arco iris? Con cierta tristeza le respondí: por el momento no, pero estoy seguro que en un día no muy lejano volveremos a ver esos hermosos colores que adornan nuestro cielo.

Lic. José Fernando Suárez Sanguino

Lic. Relaciones Públicas




martes, 10 de septiembre de 2019

Era Lunes


Era lunes,
uno de septiembre,
entre papeles a medio escribir,
libros regados por la cama,
y, una cerveza caliente en el velador.

Era lunes,
alguno del año,
como todos los demás,
cuando las gotas de sudor se pasean por la frente
y, el aire acondicionado no funciona.

Era lunes,
quizá uno de agosto,
cuando el humo entra por debajo de la puerta,
olor insoportable,
y, la respiración se hace pausada.

Era lunes,
uno de esos que parecen eternos,
porque las horas se quedan todo el día,
caminado lentamente,
y, cierro los ojos esperando que pase.

Era lunes,
ese día maldito,
cuando por fin cerré los ojos
y mis poemas volaron con el viento.

viernes, 12 de julio de 2019

Yo, cuando escribo


No sé cómo empecé a escribir,
supongo que fue una noche de esas donde piensas cosas sin final,
una de esas noche cuando una lagrima recorre tu cara mientras se funde con la almohada,
o fue uno de esos días de calor escuchando música en la sala pensando quien sabe qué.

No sé cómo empecé a escribir,
creo que fueron mis dedos por si solo los que iban tecleando al compás de una canción romántica o un mensaje de texto enviado desde el corazón.

Nos sé cómo empecé a escribir,
muchas veces esas palabras juntas creaban oraciones cursis pero que a ellas les encantaba o simplemente me decían… bonito.

No sé cómo empecé a escribir,
pero lo hice, entre poemas de amor, entre cuentos sin finales, entre notas medio revisadas publicadas en un diario famoso de la ciudad que pocos leen.

Así fui escribiendo, trasmitiendo sentimientos, y pensamientos y sobre todo fue trascribiendo amores furtivos, amores pasajeros, sonrisas escandalosas y miradas sobrias, fui escribiendo de problemas sociales y notas eternas escritas en algún post it de la oficina.

Ahora escribo cosas sin sentido un viernes en vez de ir a la cena con amigos, escribo algo que nadie va a leer, o quizá ella que todas las noches espía entre sueños escondidos mi blog o lee en voz baja una nota publicada en ese periódico famoso un martes por la mañana.

Y al leer en voz baja, al repasar las letras en su mente como si se tratara de un himno nacional, piensa en mí o en un amor eterno que nunca tuvo, o piensa en algún sueño frustrado o en ese beso que le dí en esa calle donde había esa plaza llena de gente trotando.

Piensa en mí, como yo cuando escribo.           






domingo, 23 de junio de 2019

Hoja Seca


Eucaliptos regados por todas partes, olores diferentes a hoja seca,
a sauna a vapor,
miradas,
viento que mueve todo
incluido los vidrios de la sala,
el sol sale pero hace frío,
pequeñas gotas de agua pero no mojan,
y, así,
entre esas montañas empinadas,
entre uvas, o vino o singanis,
pensando en Hemingway,
entre wiskys, mirando la remota playa tecleaba el viejo y el mar
o cómo Carver,
mientras apagaba un cigarro y con el último suspiro encendía el siguiente,
se imaginaba a los vecinos,
o Viscarra,
que andaba en la soledad de las tabernas de malos olores,
observando como dos recién conocidos entraban al baño a satisfacer sus deseos más profundos.

Y, yo, que no sé si encender el último cigarro,
o tomar un vino, o un wisky sin hielo,
pero me decido por el mate, ese caliente,
ese que aprendí una tarde, no sé con quién ni cómo,
pero me sigue en mis noches más oscuras,
mientras escribo algo,
que quizá algún día en la soledad de la habitación
alguien lo lea, y lo lleve a través de un vuelo sin escalas
a recorrer esas montañas espinadas y a percibir ese olor a hoja seca
con sabor a sauna a vapor.

jueves, 16 de mayo de 2019

Ese miércoles


Ese miércoles…
Que llegó el mensaje ese que estaba esperando hace tiempo,
ese que la bendita conexión no lo permitió
pero llegó entre la noche o la madrugada
entre un sueño ligero o un ronquido profundo,
llegó metido por la ventada o por una gotera en el techo,
llegó así sin avisar, y yo, que lo esperaba mucho tiempo,
que lo necesitaba para fortalecer el espíritu y animar el cuerpo,
llegó y lo vi, muy temprano a la mañana,
ahora, no me levanto, y ya no llegan más recados.

viernes, 19 de abril de 2019

Silencio


Ahora viernes, entre las velas de la noche o esa hora de la tarde, donde el día pelea por quedarse, donde la noche puja por apropiarse de todo y penetrar hasta los rincones más lejanos, hasta que lo hace y todo se oscurece.

Ahora, mientras el tiempo se pasa revisando estados, enviando mensajes, contando los famosos like que te quitan el sueño y te hacen pensar cosas que en realidad no son.

Ahora, entre recuerdos lejanos o algunos que no se si son recuerdos o quien sabe algunos sueños perdidos en esa noche oscura de luna llena, que vuelven a la mente como puñales o como mensajes quizá,

Ahora, escribo, deje de lado el celular con sus redes, con sus mensajes, con sus llamadas, deje de lado todo, y me puse a escribir, tenía los dedeos entumecidos y la mente extraviada, no había dormido días quizá,

Pero escribí, empecé a recordar los momentos o la noche o el día o la luna, esa luna llena o una mirada, o un like, o nada, y revisando historias y fotos antiguas encontré una extraviada en medio de la selva, en medio de un montón de imágenes y videos que se almacenan sin saber que son ni que quieren.

Y escribí esto, quizá sea un carta, o un mensaje escondido o unas coordenadas para encontrar un tesoro que hace años se perdió o un noticia de un loco melancólico que escribe cosas son sentido o cosas que le salen de algún lado, quizás.

Y ahora, que no sé cómo terminar lo que escribo y no sale nada y apago la luz para quedarme con la luz de la luna esa que me acompaño desde el principio y no logro conjugar una solo palabra por que las cosas no tienen sentido, quizás.

Y, cuando leas esto quizás en el celular o en la portátil, cuando leas quizá será de noche, noche de luna llena, cuando estas letras entren por tus ojos, el silencio se irá apoderando poco poco y los recuerdos aparecerán por la mente como aparecen esos esas fotos y videos que nunca quieres ver.

Ahora viernes, escribo, pensando y recordando cosas que quizás, algún día podamos revisarlas sentados en un café charlando hasta que el silencio se haga parte de la noche.




miércoles, 17 de abril de 2019

Los ojos


Ese dolor de cabeza lo acompañó por varios días, primero fue un leve dolorcito que empezó detrás de los ojos, luego las punzadas empezaron por la parte detrás de la oreja para prolongarse por la frente, hasta producirle un vómito tan fuerte que tuvo que ser internado en una clínica ubicada a diez minutos de su casa.

Una luz blanca irradiaba por toda la frente, una mano de color blanco se movía delante de sus ojos como si lo estuviera saludando, esos dos, seis, ocho, diez, doce o catorce ojos que clavaban su mirada, esas punzadas que iban y venían, que aparecían y luego se iban perdiendo, esas gotas del suero que iban bajando a un ritmo pausado, un sonido parecido a una alarme de movilidad se esparcía en el ambiente.

-Está bien dijo el señor de verde.

-El, cerró los ojos.
En su boca había un tubo que no lo dejaba respirar, ese tubo estaba conectado a la máquina que inflaba y desinflaba una especia de vejiga o globo. Ya solo quedaban seis u ocho ojos, el color del uniforme había cambiado ya no eran blanco sino verde y uno o dos de color plomo.

-Le duele, preguntó el de plomo.

-El, hizo un movimiento de cabeza brusco con un signo de negación.

-Perfecto, estamos bien respondió el de plomo.

La luz blanca volvió a irradiar en la frente, un pasillo lejano, blanquecino parecido a una cueva y el fondo algo verde que no se llegaba a distinguir que era.
Otra vez los ojos, ahora eran unos veinte o unos treinta a ellos se sumaban unas cuarenta manos que estaban por todos lados parecían malabaristas en las rotondas levantando espadas, bolas, botellas esperando que algún ingenuo conductor se pare para darle unos pesos  que alivianen el día.

El sonido se fue apagando un silencio se apoderó de la sala y poco a poco los ojos se fueron convirtiéndose en un cuarto oscuro.

Fallido


Nunca más llegó ese mensaje,
solo fueron dos, o quizá tres,
o cuatro,
quizá fue una mínima esperanza,
o algo parecido,
quizá fue ese beso imaginario
o una ilusión
quizá ese presentimiento lejano
o un sueño en la noche
nunca más llegó,
ahora estoy desconectado.

Electricidad no te vayas por favor


El jueves luego del trabajo llegué a mi casa y antes de escribir esta nota me propuse lo siguiente: bajaría el interruptor de corriente desde las ocho de la noche hasta el día siguiente y evidenciaría en carne propia lo que están pasando los venezolanos.
A la hora establecida bajé el interruptor, la casa se quedó en tinieblas, la poca luz que entraba era la de los vecinos y la del alumbrado público, con mi celular fui al velador a conseguir el paquete de velas que tenía guardado desde hace unos años atrás cuando en nuestra ciudad pasó lo mismo, pero solo por corto tiempo.
Encendí velas en lugares estratégicos de la casa, una en la cocina, una en el dormitorio, una en el baño y otra en el comedor donde me senté a escribir esta nota. Mientras encendía la compu portátil me di cuenta que el wifi no funcionaba por lo tanto no tenía internet.

Como es de costumbre quise encender la tele para ver el partido de fútbol, la vela de la sala, consumida por la mitad, esa luz cálida producto del fuego y el cebo, me volvió a la realidad, no había electricidad.

Agarré mi celular y me puse a revisar todos los mensajes que por estar en este experimento no pude leerlo a su debido tiempo, después de pasar varios minutos, alumbrando por todos lados con el reflejo de la pantalla me di cuenta que la batería tenía sólo 10%, automáticamente agarré el cargador que estaba en el velador, metí el enchufe y me acordé que estaba sin electricidad, a los veinte minutos el ultimo pi de la batería me avisaba que estaba sin celular, sin llamadas, sin Facebook, sin Instragram, sin WhatsAap, sin fútbol, sin agua caliente, sin luz.

Las velas colocadas por toda mi casa estaban en su fase final, rápidamente coloque otras velas para que no quede en tinieblas, me senté en el sillón a pensar que pasaría si no hubiera electricidad. Sin energía eléctrica no tendríamos correos electrónicos, ni funcionarían los semáforos, ni lo equipos médicos en los hospitales, ni las estaciones de bombeos de agua potable, no servirían las heladeras, ni el aire acondicionado, ni la televisión, ni la computadora, ni las Tablet, ni los cajeros automáticos, no abrirían los supermercados, ni las oficinas privadas ni públicas, no habría cines, ni helados, ni gaseosas, ni tortas, ni postres, miles de personas se quedarían atascadas en los ascensores, parques de diversiones, no habría vuelos de aviones por falta de funcionamiento en las torres de control, las escaleras eléctricas pararían y los alimentos refrigerados se descompondrían. Etc.

Me dio hambre, iluminado con una vela fui a la heladera, la leche estaba agria y un olor nauseabundo salía del fondo, aprovechando la oscuridad dormiré pensé mientras me dirigía al cuarto principal, el calor sofocante impidió mi propósito, mientras pestañeaba seguido buscándole al sueño, pensé Venezuela.
Me dormí con la sensación de que yo no era el único que había sufrido esa noche, ellos, los venezolanos, lo vienen sufriendo hace días. Por suerte grabé este documento cuando colocaba el punto final.

Lic. José Fernando Suárez Sanguino
Comunicador Social

viernes, 5 de abril de 2019

Reflejo perdido


Siempre lo odie desde niño, cada vez que te miraba veía esa sonrisa falsa o esos dientes torcidos o esos bellos empezando a apuntar o esa mirada fija que clavaba los ojos.

Ellos, los espejos cabrones en vez de consolarme con mentiras más o menos piadosas me sostenían cruelmente la mirada.

Y cada vez que le preguntaba, algo fijamente, me volvían a la realidad,
esa realidad inventada, cruel y mentirosa que te hace llorar de vez en cuando.

Esa realidad que es la real pero lo que no deseaste, esa realidad que muchas veces es más de lo que soñaste.

Y, te volvía a mirar, ya sea en la mañana o en la noche, buscando que me transportes a otro lugar, algo lejano, lejos de todo el ruido diario y las fórmulas matemáticas.

Y, siempre te odie, quizás por tu crueldad para mostrarme las cosas o tu sinceridad, te odie,

Ahora, después de años de compartir cosas juntas, entre llantos, rasuradoras, peinados  y mirados, simplemente me queda el consuelo de tener un reflejo perdido.

Lluvia en Blanco y Negro

Ahora llovió, y mientras yo esperaba es bendito mensajes que algunas veces tarde en 

llegar pero llega,

mientras en mi cabeza, la lluvia mojaba las neuromas y mis dedos tecleaban letras sin 

sentidos,

y copie la letra de esa canción,

esa que nunca había escuchado,

y en esa espera intensa y eterna, me di cuenta

que afuera llovía, llovía en blanco y negro

y los mensajes llegaron mojados.

Sabina


A los 14 parece que fue ayer el rey Melchor se lo hizo bien conmigo y me trajo por fin una guitarra. Aquel adolescente ensimismado que era yo con granos y complejos en lugar de empollar física y químicamente mataba las horas rimando en un cuaderno a rayas versos llenos de odio contra el mundo y los espejos. El mundo lejos de sentirse aludido seguía girando que era lo suyo, desdeñoso sin importarle un carajo mi existencia y los espejos cabrones en vez de consolarme con mentiras más o menos piadosas me sostenían cruelmente la mirada.

Vivía en un sitio que se llamaba Ubeda, algunas noches mientras mis padres dormían, me daban las diez y las once y las doce y la una, practicando con sordina  en mi flamante guitarra los flamantes acorde de blanca y radiante va la novia o iniciándome en el furtivo y noble arte de la masturbación o suspirando por mi vecina una rubia devote que suspiraba por un idiota moreno que tenía una bici de carreras y jugaba al baloncesto. Solo se me ocurrían tres maneras de  atraer su atención. Triunfar en el toreo, atracar un banco o suicidarme, lo malo es que las tres exigían una sobre dosis de valor que yo ay de mí no poseía. Yo poseía mi cuaderno a rayas cada vez más lleno de ripios contra el mundo, mi guitarra cada vez más desafinada y un plano del paraíso que resultó ser falso. Y la vida previsible y anodina como una tarde de lluvia en blanco y negro, pero en la pantalla del ideal cinema cuando no daban una de romanos, el viento golfo de manhatan le subía la falda a marilin y era domingo y no había clases y los niños de provincia soñábamos despiertos y en tecnicolor con pájaros que volaban y se comían el mundo. Y el mundo me que quería comerse los pájaros que anidaban en mi cabeza, pongamos que se llamaba Madrid. Así que un día me subí sin un billete de vuelta al vagón de tercera de uno de aquellos sucios trenes que iban hacia el norte, me apee en la estación de atocha y aprendí que las malas compañías no son tan malas, y que se puede crecer al revés de los adultos y supe al fin a que saben los aplausos y los besos y el alcohol y la resaca y el humo y la ceniza y lo que queda después de los aplausos y los beso y el alcohol y la resaca y el humo y la ceniza, tal vez por eso mis canciones quieren ser un mapamundi del deseo, un inventario de la duda, siete crisantemos con espinas.

Y cuando las cartas vienen malas y amenazan tormentas y los dioses se ponen intratables y los hoteles no son dulces y todas las calles se llaman melancolía todavía fantaseo con debutar picadores o con desvalijar sucursales de banestos o comprobar mi suerte con la ruleta rusa, pero ahora en lugar de tirarme las ventas de espontaneo o escribirle una carta póstuma a Garzón o ahorrar para un esmit and beson del especial escribo en tecnicolor las canciones de las noches perdidas, para vengarme de tantas tardes de lluvia en blanco y negro de tantos hombres de traje gris de tantas rubias devotas que se van con idiotas morenos que juegan al baloncesto, de tantas bocas adorables que nunca fueron mías, que nunca serán mías.

Aquellos granos trajeron estas cicatrices y aquellos miuras que nunca toree me cosieron a cornadas el alma, pero no me quejo, tengo amigos y memorias y risas y trenes y bares y una mala salud de hierro, y un puñado de canciones recién salidas del horno que me tienen orgullosos como un padre primerizo que babea y de cuando en cuando una rubia devote que me tira un beso desde el público aprovechando un despiste de su novio ese idiota moreno que juega al baloncesto. 
Joaquin Sabina


domingo, 31 de marzo de 2019

Un sueño Cooperativo


Llegue a mi casa un viernes, en realidad ese día es exclusivo para escribir notas como estas, alguno que otro poema que se pierde en mi blog y algún cuento que ronda en mi cabeza esperando que de un momento a otro mis dedos empiecen a teclearlo.

Ese viernes llegué cansado producto de la jornada laboral agotadora e Hipnos y Morfeo hicieron su trabajo. Entre pestañazos escuchaba como ese tren que era esperado desde hace bastante tiempo traía esas cañerías que iban a componer la red de agua.

Las calles de tierra, el colocado de la primera loseta, las velas y lámparas de querosén que  alumbraban las casas y hacían posible que la noche no sea oscura y tenebrosa, en las calles las personas se sentaban a charlar entre ellas mientras un niño pasaba ofreciendo el pan del día.

No había paso de cebra, ni semáforos, ni bocinas, ni supermercados, ni farmacias, ni boulevard, ni centro de convenciones, ni hoteles de cinco estrellas, ni viaductos, ni sushi, ni omelet, ni Shawarma, ni juegos electrónicos, ni Netflix, ni pulgadas en los televisiones, ni dvd o portátiles, menos celulares con cámara fotográfica, ni ceros kilómetros, tarjetas de créditos, cheques, bonos de compra, filtros de agua, máquinas de hacer café, ni microondas, sólo había personas, sin agua, sin luz, sin teléfonos.

A la una de la mañana me levanté, con la nota rondando mi cabeza, toda la semana anduve con ella entre mis pensamientos, frases y palabras merodeaban mi mente, pero no se ordenaban a pesar de haber intentado varias veces empezar a escribir; el tema es complicado.

Y ese sueño me traslado al pasado, a mi infancia, cuando dos ladrillos formaban un arco de fútbol, cuando la comunicación constituía en sentarse en la vereda de su casa con todos los vecinos hablando de todo un poco, cuando había que comprar tarjetas de teléfono públicos que estaban instalados en lugares estratégicos para poder hablar con los familiares, cuando el cuarto anillo era lejísimos, el centro cerca e ir al norte era como viajar al exterior.

Y ahora somos lo que somos y tenemos lo que tenemos gracias al esfuerzo de nuestra gente, bajo el lema “El Cooperativismo es la firme convicción de que si uno llega a la meta, ganamos todos”, se crearon nuestras Cooperativas, generaron progreso, tuvimos luz eléctrica, teléfonos y agua potable todo el día y a toda hora.

Nuestras Cooperativas son esencia de los cruceños, las instituciones permanecen en el tiempo, las personas son pasajeras, a ellas le debemos gran parte de nuestro desarrollo. Ahora que estoy despierto, los puntos fueron colocados sobre la íes y las letras rellenaron la hoja en blanco, espero que las Cooperativas cruceñas sigan generando desarrollo y los responsables de las cuotingas sean juzgados por sus actos.  

Mirada


Te miré
entre esos mensajes instantáneos
te mire,
entre eso encuentros de cinco minutos,
te mire,
entre esos café con aroma envolvente,
te mire,
entre esas letras que forman los versos,
te mire,
entre esos mensajes de buenos días, que nunca faltan,
te mire,
entre esa luz blanca del monitor,
te mire,
entre ese beso fugaces,
te mire,
entre esa foto antes de dormir,
te mire.

Ahora, domingo, apoyado en la almohada,
tu mirada, me hace soñar.

viernes, 8 de marzo de 2019

Ahora


Ahora,
cuando el sol sale y las mariposas empiezan su transformación,
cuando la luna aparece y las aves se silencian,
cuando ese smok penetra hasta los pulmones, y esas gotas para los ojos te hacen lagrimear y nublan la vista por varios minutos.



Ahora,
cuando la vida transcurre entre movilidades a toda, entre las horas del días y jornadas laborales.
Cuando todas las radios dicen lo mismo, y uno cambia de emisora, el contenido es igual y se desespera y conecta el celular para escuchar canciones y son todas dicen lo mismo.



Ahora,
cuando las horas pasas lentamente, y el sudor es frío, la respiración agitada, y la piel se pone como de gallina con los pelos parados.
Cuando la mirada penetra el azulejo y los pensamientos salen expulsados por toda la galaxia buscando una mente igualmente enloquecida.



Ahora,
cuando estás aquí entre ese enjambre de ropa vieja poco usada y esos zapatos a medio estrenar y los platos sucios,
cuando las moscas rodean el ambiente y las latas de cerveza quedan esparcidas por toda la casa como si hicieran un camino a seguir.

Ahora,
cuando pienso y recuerdo,
vuelvo y me voy, y vuelvo y luego me voy sin que nadie se dé cuenta, como cuando un fantasma aparece o un suave viento penetra por debajo de la puerta y hace sentir presencia.



Ahora,
pienso y revuelvo mi cama,
y esos ojos no pueden abrirse.

Carnaval, bandos y otros menjunjes


Cuando todavía era adolescente, cuando las letras no habían cruzado mi camino, cuando el escribir media página era algo sencillamente agotador, participe en una convocatoria lanzada por este medio para participar del concurso de bandos carnavaleros.

Durante años me dedicaba todos los carnavales a buscar el famoso bando de la comparsa Peines donde en tono jocoso y de sátira hablan de todo lo acontecido en nuestra sociedad, eso era lo más cercano a esta forma de escritura que conocía.

Llene hojas y hojas de palabras rimantes y tema políticos y estuve semanas enteras encontrando las rimas perfectas, fue un ejercicio muy bueno para practicar el arte de escribir. Dos años seguidos gané mención de honor.

Ahora que estamos en carnaval, me debato en escribir un bando o simplemente un cuento que nos lleve a la calleja, a la ballivián, entre platillos, bombos, trompetas y uno que otro vejigazo que pasa rozando nuestra oreja y moja el que va adelante abrazado de una pelada.

Y así, esperamos el carnaval, una tradición heredada de padres a hijos o mejor dicho de abuelos a nietos, y así el día del corso, recibimos ese beso imaginario que nos manda la reina del carnaval y nos hace suspirar, o estamos con miedo de que pase la famosa tarasca y nos chupe hacia su interior dejándonos llenos de talco, mixtura y agua.

O estamos entre los presente, en media plaza parados con nuestros zapatos llenos de barro producto de la mezcla inminente de agua y tierra, y ahí un señor encasacado empieza a leer letras jocosas que hacen reír a todos los asistentes.

Y así entre fotos de sacadas por el ultimo celular, o globos enviados desde los años cincuenta,  gran parte de los cruceños esperamos el carnaval, que es el remedio eficaz para olvidarnos de nuestros problemas, aunque después de la mojazón lleguen navegando entre agua y espuma, lleguen como cuando llega un turbión sin avisar.

Ahora solo me queda ejercitar un nuevo bando o un cuento imaginario escrito con historias reales o algo que tal vez quede archivado en un correo sin enviar, en la mente de un barcino lleno de betún en la cara o  en la memoria de un carnavalero que viaja por el tiempo repasando esos momentos que lo hicieron saltar, bailar y ser feliz.

Lic. José Fernando Suárez Sanguino

Comunicador Social


El cuerdo está loco


De pronto uno se encuentra con algo que no dijo, o dicen que dijo y, entre el disque y el con que, nadie sabe nada y todo se maneja como un simple rumor o un mensaje mal recibido.

Un día se levanta uno fatigado, después de haber dormido durante trece años seguidos y cuando despierta, pide el periódico de ese día, en la portada sigue el mismo señor que dejó cuando empezó a dormirse.

Y tiene hambre, y va a un restaurante, pide el menú y traen una hoja en blanco para que llene el pedido, y almuerza cosas como ser: huevos, verduras y hortalizas, y cuando traen la cuenta el precio en una moneda que nunca había escuchado su nombre y la plata que tenía no llegaba ni a un peso.

Y sale de su casa en busca de los jueves de frater, y sale a carrera, desandando por todas las avenidas y barrios, se para en una iglesia, enciende un cigarro y se da cuenta que nunca tuvo frater y ese jueves había toque de queda.

Y el dolor de estómago lo hace salir de urgencia. Anduvo en busca de médicos y hospitales, recorriendo unos cincuenta, acabó doblado en un asiento del teatro mirando la obra los hombres también lloran.

Otro día un reloj empieza a marcar las horas al revés, de izquierda a derecha, y da la hora exacta. Sale por la calle y le pregunta la hora a una mujer que caminaba sola y ella responde: ¿con el de la izquierda o con el de la derecha?

De pronto se encuentra el amigo que no veía hace mucho tiempo. “¿No te alegras de verme?, le pregunta. “No-responde-. Alguien me dijo que eras hombre muerto y ya me hice la idea de no alegrarme cuando te viera””.

No se sabe si es ahora o mañana, si es el presente o el futuro, lo que se sabe es que estamos ahora, mirando cosas que tal vez pasaron en algún momento lejano y se vuelven a repetir con personajes distintos pero con historias casi similares en un país de fantasía.

Y todos creen que está loco por que escribe esto, y los locos están todos los días en las redes sociales expresando algo que ni ellos lo entienden o apoyando a alguien que nunca habían visto, y uno está loco, porque escribe y lo borra al segundo pero algún diario que igual está loco, lo publica a pesar de que quieran borrarlo.

Y, ahora que escribo algún disparate o cosas sin sentido, emulando al Disparotorio de García Márquez, me doy cuenta que en algún lugar del mundo hay infinidad de personas atropellándose con la única finalidad de conseguir poder y el que lo alcanza, nunca pero nunca lo quiere dejar. Que disparate que es la vida. Hay algunos que verdaderamente están locos.

Lic. José Fernando Suárez Sanguino

Comunicador Social




La modernización del copie


El copie siempre ha existido. Desde nuestros ancestros que miraban de reojo como el vecino construía una lanza mejor que la de él y a los pocos minutos imitaban su modelo, o el alumno que con el cuello bien levantado miraba de reojo el examen del de adelante siempre y cuando el profesor estuviera distraído o el joven que colocaba en un papelitos letras en miniatura y luego lo doblaba tan diminuto que entraba en la tapa del bolígrafo.

Antes las partes del cuerpo eran esencial, había anotaciones en la palma de la mano, en el antebrazo, en las piernas y ni las uñas se salvaban de las diminutas expresiones de las formulas químicas o de los nombres complicados de filósofos o de años romanos o una simple palabra sobreesdrújula anotada en la uña del dedo meñique te advertía que todas ellas llevan acento.

Hace unos años la vergüenza se apoderó de una base de la Fuerzas Aéreas de Estados Unidos cuando encontraron que 34 funcionarios que eran los encargados del lanzamiento de misiles nucleares que habían hecho trampa en un examen de aptitud sobre cómo operar misiles, así como esta existen muchas historias sobre el engaño a la hora de aporbar un examen.

Copiar en un examen es engañar, ahora los métodos han cambiado, ahora la tecnología ha sido utilizada para el beneficio del engaño, recientemente se ha encontrado a súper espías provistos de cámaras diminutas colocadas en el botón de la camisa, a micrófonos espías y una red que ayudaba a que los exámenes se realicen a la perfección, sin contar con el guardia de afuera que soplaba si venían los profesores, eso realmente es engaño en grandes proporciones.

Imaginémonos que ese experto en copie, ese agente encubierto que aprobó toda su carrera en base a una magistralidad a la hora de responder exámenes, sea el señor vestido de blanco que agarre al bisturí y empieza a realizar el corte para la operación de apéndice, o sea ese policía que está junto a usted revisando sus documentos migratorios, o sea ese juez que está a punto de dictar ese fallo que lo llevaría a la cárcel, o sea ese ingeniero civil que está calculando la base estructural de resistencia que tiene que tener el edificio donde vivirá con toda su familia, o sea ese entrenador de divisiones menores que entrenará todos los días a su hijo, o sea ese político que dictará normas que afecten al bienestar social, o sea ese enfermero especialista en primeros auxilios, o ese experto que detectará células cancerígenas en su cuerpo.

Ahora bien, está mal copiar, así como está mal encubrir actos de corrupción, así como está mal hacer coimas para apurar los trámites, etc. Está en cada persona hacer las cosas correctas y sobre todo cuidar una imagen y una reputación que vale mucho más que cien puntos en un examen.

Lic. José Fernando Suárez Sanguino

Comunicador Social

viernes, 8 de febrero de 2019

Los caballos de los presidente


Recientemente de acuerdo a fuentes fidedignas me llegó una noticia traída por los vientos del sur, los rumores citaban una fuerte discusión en las más altas esferas del poder central;  la cuestión se centraba en el nombre de un reciente caballo regalado y su forma de transporte hasta La Paz.

El animal de cabello rubio, color canela  y  patas blancas es un ejemplar de raza peruana de paso. “Le llamaremos el Dorado”: dijo uno de los más allegados, por su color y en honor a este mito; otro señor que estaba por ahí recomendó nombrarlo platón, por el precio del animal; el último dijo: lo llamaremos oloernes que suena a buen olor en un viernes.

Una vez bautizado el animal, la discusión se centraba en ¿cómo sería llevado a su lugar de destino?, tomando en cuenta que en el avión que se transportan no hay espacio para nadie. Lo llevaremos por flota dijo uno de ellos, una solita para él, que vaya en el pasillo sin pasajeros; otro recomendó que lo llevara  el anterior dueño en un camión alquilado y al ultimo se le ocurrió que sea transportado por un helicóptero oficial siempre y cuando tengan cuidado de no estrellarlo con alguna montaña durante su travesía. La decisión la tomó el gran jefe, oloernes fue enviado a un regimiento de caballería para que haga crías y puede dejar descendencia que ayuden a cabalgar en el proceso de cambio.

Oloernes, costó alrededor de 3.000 dólares, es de raza peruana pero nacionalizado boliviano, en su pasaporte se registra su ingreso al país por frontera, lo que no se sabe es cómo llegó hasta el Chaco, ni en cuanto tiempo lo hizo, lo único que se puede observar es que al caminar lo hace medio bailando, como si estuviera festejando algún logro reciente.

El caballo de Melgarejo es muy estudiado en los colegios ya que debido a ese equino cedimos parte de nuestro territorio al vecino país. Olofernes, es el famoso caballo que el embajador brasileño le regaló a Mariano Melgarejo y este, en un profundo agradecimiento puso en el suelo un mapa de Bolivia y colocó a su corcel para que pisara el mismo, hizo un redondel de la pesuña y donó todo ese territorio al vecino país lo que significó la pérdida de 300.000 kilómetros de territorio.

Entre oloernes y olofernes existen siglos de diferencia, lo único similar es que son los caballos de los presidentes y han sido preciados obsequios, esperemos que en este cuento la historia no se repita.

Vida en otro momento


En esos días calurosos donde la ropa se queda pegada al cuerpo debido a ese exceso de sudor que expulsan nuestros poros,

En esos días donde la vista se nubla debido a ese vapor que sale del choque caluroso de los rayos del sol sobre el cemento,

Esos días donde la noche llega también caliente como si se tratara de una extensión del día, solo que la oscuridad se hace presente,

Esos días, donde la naturaleza, sofoca, extorsiona, apreta, asfixia,

En esos días, recuerdo la vida en otro momento y la soledad de mis ideas me hacen llorar.

sábado, 2 de febrero de 2019

Mi cuerpo me delata


En medio de la noche, entre paginas a medio leer y frases sin terminar, ayer, la desesperación se hizo presente, llegó son avisar, llegó con calambres, con escalofríos, esa desesperación de saber lo que lo que se está escribiendo no es nada, que la imaginación y la creatividad se fueron por la borda, sólo escuché el ruido del retrete.
Ayer, entre lágrimas y risas, entre cánticos y esa película vista por décima vez y ese reloj que dan la una de la mañana, todas la noches, y ese cajón con esa pastilla dividida en cuatro o cinco o seis,

Y la tomo, y despierto a las once, pensado algo que mi mente no puede descifrar y mi cuerpo me delata.


miércoles, 30 de enero de 2019

Dormir temprano


Hoy tuve uno de esos días donde hayas preferido dormir horas o días o semanas, esos días donde el llueve y sale el sol y vuelve al llover y así sucesivamente para que cambies de humor respecto al clima.

Hoy tuve uno de esos días donde escuchas pero no crees lo que oyes, y mientras las palabras entran por un oído, miras a los ojos y te das cuenta que la vida está hecha eso, de eso,

Esos días donde la gente te decepciona pero a pesar de todo tienes que poner la cara y seguir como si no pasara nada,

Esos días donde, en algún momento dirás, todo se paga, o todo se devuelve, por el momento,

Solo me queda dormir temprano.

PODER ANIMAL


El viernes por la noche llegué a mi casa, habíamos quedado de ir al parque con mis hijos, mientras ellos caminaban rumbo al destino final, uno se arrodilló, agachó la cabeza y gritó poder mapache mientras ponía su mano en su pecho como si apretara un botón, luego mientras caminaba suavemente decía los mapaches son sigilosos, saltó unos ladrillos e hizo una seña como si estuviera trepando algo, y dijo: los mapaches son buenos escaladores, mi otro hijo seguía los pasos del mayor, los fui observando cómo en su imaginación usaban poderes de animales sacados de unos dibujos que ven en las tardes.

Ahora bien, imaginemos que cuando ellos sean jóvenes, empiecen a imitar comportamientos parecidos a Pablo Emilio Escobar Gaviria, o a Gonzalo Rodríguez Gacha o a algún capo de la mafia como el padrino. Eso sería sinceramente preocupante.

El antropólogo social Ricardo Legarda Vásquez, afirma que las narconovelas contribuyen a la idealización y provoca una suerte de naturalización, se convierte a esos personajes como héroes, como modelos a seguir.

La televisión y ahora los celulares con su acceso a internet generan un gran influencia en las personas ya que todo el día se está conectado a la red y pueden ver novelas, series y demás. Ahora, ¿Qué influencia tiene lo que se mira en la personalidad de los receptores?

Todo lo que se ve a través de la televisión, a través del internet, a través de las redes sociales en algún momento genera una cierta influencia hacia el receptor, en algunos casos la reacción es totalmente negativa, de rechazo, pero en otros no, y no solo me refiero a narco series, series de mafiosos, me refiero también a contenidos de orden sexual y pornográfico; en otros casos la influencia es positiva, es usada como modelo a seguir. De tanto ver sexo, drogas y alcohol se normaliza el contenido y lo que es malo se lo considera regular y lo regular, bueno.

Que mis hijos se quieren parecer a unos mapaches, que en un momento de jugarreta quieren imitar sus movimientos, sus características principales me tienen sin cuidado pero que una persona adulta quiera compararse y actué como un capo de la mafia es una verdadera preocupación. Controlemos el contenido televisivo y digital de nuestros hijos limitando su uso en horario y en tiempo y sobre todo desarrollemos valores morales aprendidos en el hogar que sean una barrera de contención para cuando se quiere adoptar comportamientos equivocados. Ahora cada vez que escucho que mis hijos cambian de poder animal me les acerco y les pregunto las características del animal. No vaya a ser que cambien de poder.

jueves, 17 de enero de 2019

Mensaje entre línea


Me piden que escriba, pero no me sale…

Las letras se van volando

Se esfuman como el gas o como un beso en el recuerdo o como un globo en el espacio o como un avión que pasa por el cielo sin dejar rastro.

Me piden que escriba y, me sale algo…

Pero la vergüenza me atrapa, me presiona, me cohíbe, me paraliza,
me transporta a lugares lejanos, no sé si a través de un sueño o a través de un pensamiento, esos que te dejan con la mirada fija, clavada en algún lugar del espacio.

Y ahora, tecleo, el sonido de mis dedos con las teclas me obliga a componer frases como cuando el cantante empieza a recitar palabras rimantes mientras la multitud corea su nombre o como cuando el chofer enciende el colectivo y sus pies riman inconsciente la música que sale de la radio.

Me piden que escriba,

Y si, yo escribo pero nadie los lee.

Y, si alguien encuentra algún texto extraviado, o por error en algún buscador sale mi página, y lee y se concentra con mis palabras y lo vuelve al leer y si se enamora de mis versos y me escribe un correo y luego me llama y me da un beso y hacemos el amor y me pide que siga escribiendo, y lo hago,

Y luego de muchos versos y frases y publicaciones, el libro se cierra y la maquina se apaga y los dedos se entumecen.

Y, cada que vez que una frase sale al aire, o mejor dicho a la hoja, y esa que me pide que escriba,

Estará esperando un texto extraviado o un mensaje entre línea.