A
inicio de la mañana me enteré el escándalo del robo de la medalla y la banda
presidencial y en mi afán de periodista informativo utilizando el poder inter
espacial del internet, envié un correo a simon.bolivar@hotmail.com informado
lo que estaba sucediendo.
El
correo decía lo siguiente:
Excelentísimo señor Simón José Antonio de la
Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco. Mediante el presente quiero
informarle de un hecho fortuito que pasó en el país, le comento que esa medalla
que dejó antes de irse, ha sido robada, diga usted que el encargado de
trasladarla a Cochabamba en su afán pro creacionista, imitándolo; se fue a uno
de esos lugares, no sé cómo explicarle, seguro que en su época eran llamados de
otra manera, esos lugares donde el amor y los besos se los consigue con
dinero, ahí perdió no solo esa medalla
si no la banda presidencial bordada en oro.
Ni
bien el mensaje fue enviado, recibí el correo de respuesta que decía lo
siguiente:
Estimado
señor periodista:
No
entiendo muchas cosas de su mensaje, primero, a mí me dicen Simón a secas.
Segundo, lo único que yo he creado han sido hijos, si mi memoria no me falla,
son doce los míos al menos los que me han buscado hasta el día de hoy, en
cuanto a esa famosa medalla de la que me escribe, me apena mucho su perdida, supongo
que era muy valiosa. No sé en qué podría ayudarlo. Espero sus comentarios.
Al
instante le respondí:
Señor
Simón:
La
medalla extraviada es una reliquia, es comparada a una corona de un rey, usted
dejó este mensaje antes de entregarla “esa medalla lleva la figura del Cerro Rico de Potosí, con una
escalera formada por cañones, fusiles y banderas, que acompañaron en la lucha
por liberar a muchos países, ese objeto es un amuleto de la suerte, será una
insignia que acompañará a todos los presidentes de esta hermosa República”. En
el país hay un escándalo porque se la han robado, yo sólo quería informarle
para que usted esté al tanto de este pequeño impase.
A
media tarde los portales informan que los símbolos fueron devueltos,
inmediatamente redacto un segundo mensaje que dice lo siguiente:
Señor
Simón:
Comentarle
que la valiosa medalla ha sido devuelta, la dejaron en el atrio de una iglesia, ya todo volvió a la
normalidad. Esperando nuevamente que el próximo seis de agosto el encargado de
llevarla no le venga esa fatiga crónica y se desvié de su camino.
Hasta
el día de hoy no he recibido respuesta alguna, supongo que el Libertador debe
estar muy enojado por esta incómoda situación o está en camino a la ciudad del
Alto.
“En
un país de ficción ocurren hechos que parecen reales”, comentó un transeúnte
que pasaba por la estatua de Simón Bolívar, ubicada por el primer anillo.
Lic.
José Fernando Suárez Sanguino
Comunicador
Social
*Coleccionista de historias reales de una sociedad de
ficción.