miércoles, 6 de noviembre de 2019

Franquicia del Socialismo


Conocí por causalidad a Nerio, un amigo venezolano, vive por mi casa, con esto del paro cívico y todos los vecinos en las calles no hicimos amigos. En una de esas noches de bloqueo, le pregunté por qué él estaba en Bolivia y cómo fue el proceso de Venezuela, dentro de sus primeras frases hubo una que me llamó la atención, la denominó: “Franquicia del Socialismo”. Nerio hizo este relato:


“Cuando hubo la bonanza del petróleo, el gobierno a la cabeza de Chávez, empezó a dar cupos, bonos, entre los más importantes era el cupo Cabibi donde teníamos diez mil dólares para gastar, cinco en viajes del exterior y cinco a través de compras por internet, éramos bienvenidos en todos los países, los ricos, así se hizo popular el Comandante”


“A nosotros nos decían van a quedar con Cuba, les van a quitar todo, todas las propiedades privadas van a pasar al estado, van a ser un país pobre, nosotros decíamos: eso no va a pasar por que tumbamos al gobierno y eso se acaba, decíamos: Si llega aumentar el dólar Chávez se va, si llega a aumentar la comida, Chávez, se va, y todo fue sucediendo lento y progresivamente, hasta ahora siguen”


“En Venezuela crearon a través de los bonos una generación dependiente, dependiente de comida, dependiente de electrodomésticos, dependiente de todo, te daban todo pero no las herramientas para progresar, si la mujer estaba embarazadas, bonos y bonos, eso hizo que la generación de jóvenes se vuelvan conformistas”.


“El otro proceso de cambio fue cuando Chávez muere y deja a Maduro, este viene a radicalizar ya el socialismo, empezaron a cortar las divisas y a generar políticas socialistas como por ejemplo, tenías que hacer colas y colas en los supermercados para comprar sólo tres productos: Harina, huevo, dentífrico y azúcar, sólo cinco productos por persona, las empresas pasaron al estado, mucha gente empezó a emigrar”.


“De ahí en más es la implementación de la franquicia socialista, hubo elecciones contra el único opositor Capriles, el fraude fue escandaloso, vino la OEA a hacer la auditoria y dio por ganador por pocos votos a Maduro, hubo marchas y guarimbas (bloqueos) y 128 muertos, pero no se fue, tuvimos que nosotros marcharnos, el salario mínimo es 7 dólares, imposible vivir con eso”.


Mi última pregunta antes de terminar la amena charla fue: ¿Estás viviendo acá en Bolivia lo mismo que viviste en Venezuela cual crees que es la diferencia? me respondió algo sorprendente: “Acá hay patriotismo, acá hay unión,  los líderes han  sido inteligentes al ser pacífico, allá salieron los militares a reprimir, acá hay amor por su tierra, depende de este movimiento para que la franquicia del socialismo no se instale, caso contrario, el destino de todos ustedes será el mismo que nosotros ya vivimos”.


Esa noche pensando en esa respuesta se vino a mi mente la frase de Camacho: “Dios y la Biblia vuelven al palacio”.


Lic. José Fernando Suárez Sanguino

Lic. Relaciones Públicas