miércoles, 30 de enero de 2019

Dormir temprano


Hoy tuve uno de esos días donde hayas preferido dormir horas o días o semanas, esos días donde el llueve y sale el sol y vuelve al llover y así sucesivamente para que cambies de humor respecto al clima.

Hoy tuve uno de esos días donde escuchas pero no crees lo que oyes, y mientras las palabras entran por un oído, miras a los ojos y te das cuenta que la vida está hecha eso, de eso,

Esos días donde la gente te decepciona pero a pesar de todo tienes que poner la cara y seguir como si no pasara nada,

Esos días donde, en algún momento dirás, todo se paga, o todo se devuelve, por el momento,

Solo me queda dormir temprano.

PODER ANIMAL


El viernes por la noche llegué a mi casa, habíamos quedado de ir al parque con mis hijos, mientras ellos caminaban rumbo al destino final, uno se arrodilló, agachó la cabeza y gritó poder mapache mientras ponía su mano en su pecho como si apretara un botón, luego mientras caminaba suavemente decía los mapaches son sigilosos, saltó unos ladrillos e hizo una seña como si estuviera trepando algo, y dijo: los mapaches son buenos escaladores, mi otro hijo seguía los pasos del mayor, los fui observando cómo en su imaginación usaban poderes de animales sacados de unos dibujos que ven en las tardes.

Ahora bien, imaginemos que cuando ellos sean jóvenes, empiecen a imitar comportamientos parecidos a Pablo Emilio Escobar Gaviria, o a Gonzalo Rodríguez Gacha o a algún capo de la mafia como el padrino. Eso sería sinceramente preocupante.

El antropólogo social Ricardo Legarda Vásquez, afirma que las narconovelas contribuyen a la idealización y provoca una suerte de naturalización, se convierte a esos personajes como héroes, como modelos a seguir.

La televisión y ahora los celulares con su acceso a internet generan un gran influencia en las personas ya que todo el día se está conectado a la red y pueden ver novelas, series y demás. Ahora, ¿Qué influencia tiene lo que se mira en la personalidad de los receptores?

Todo lo que se ve a través de la televisión, a través del internet, a través de las redes sociales en algún momento genera una cierta influencia hacia el receptor, en algunos casos la reacción es totalmente negativa, de rechazo, pero en otros no, y no solo me refiero a narco series, series de mafiosos, me refiero también a contenidos de orden sexual y pornográfico; en otros casos la influencia es positiva, es usada como modelo a seguir. De tanto ver sexo, drogas y alcohol se normaliza el contenido y lo que es malo se lo considera regular y lo regular, bueno.

Que mis hijos se quieren parecer a unos mapaches, que en un momento de jugarreta quieren imitar sus movimientos, sus características principales me tienen sin cuidado pero que una persona adulta quiera compararse y actué como un capo de la mafia es una verdadera preocupación. Controlemos el contenido televisivo y digital de nuestros hijos limitando su uso en horario y en tiempo y sobre todo desarrollemos valores morales aprendidos en el hogar que sean una barrera de contención para cuando se quiere adoptar comportamientos equivocados. Ahora cada vez que escucho que mis hijos cambian de poder animal me les acerco y les pregunto las características del animal. No vaya a ser que cambien de poder.

jueves, 17 de enero de 2019

Mensaje entre línea


Me piden que escriba, pero no me sale…

Las letras se van volando

Se esfuman como el gas o como un beso en el recuerdo o como un globo en el espacio o como un avión que pasa por el cielo sin dejar rastro.

Me piden que escriba y, me sale algo…

Pero la vergüenza me atrapa, me presiona, me cohíbe, me paraliza,
me transporta a lugares lejanos, no sé si a través de un sueño o a través de un pensamiento, esos que te dejan con la mirada fija, clavada en algún lugar del espacio.

Y ahora, tecleo, el sonido de mis dedos con las teclas me obliga a componer frases como cuando el cantante empieza a recitar palabras rimantes mientras la multitud corea su nombre o como cuando el chofer enciende el colectivo y sus pies riman inconsciente la música que sale de la radio.

Me piden que escriba,

Y si, yo escribo pero nadie los lee.

Y, si alguien encuentra algún texto extraviado, o por error en algún buscador sale mi página, y lee y se concentra con mis palabras y lo vuelve al leer y si se enamora de mis versos y me escribe un correo y luego me llama y me da un beso y hacemos el amor y me pide que siga escribiendo, y lo hago,

Y luego de muchos versos y frases y publicaciones, el libro se cierra y la maquina se apaga y los dedos se entumecen.

Y, cada que vez que una frase sale al aire, o mejor dicho a la hoja, y esa que me pide que escriba,

Estará esperando un texto extraviado o un mensaje entre línea.