Como está, le cuento que nosotros acá estamos
bien, estamos más entretenidos en la política que en la economía, a cada rato
vamos a una votación, ya se nos ha hecho costumbre, todos los domingos unas dos
veces al año si no me equivoco, vamos a las urnas, que tal esa, que tal esa.
Le cuento, que una red, que no es la que se
utiliza para pescar, ni esa que hacen las arañas, está haciendo estragos en
estos tiempos, diga usted, que ahora nos podemos comunicar en el instante,
siiii, en el instante, estoy seguro que no me está creyendo, si antes, bueno no
tan antes, estoy hablando hace unos 50 años, tus cartas las esperaba como un
marino espera llegar al puerto, como espera una golondrina la llegada del
verano, como quien espera un verdadero amor.
Y, cuando llegaba, esas tus letras me
fortalecían, me llenaban de ánimo, me esperanzaban, ni que se diga si adentro
venían esos billetitos que tanta falta me hacían en el exterior, eso sí, no te
puedes quejar de mis notas, siempre fui aplicado, eso lo saque a mamá, por más
que hagas mala cara, como siempre la hacías, como te extrañamos, como nos haces
falta.
Oye viejo, quiero comentarte que nuestra ciudad
ha crecido hartísimo…si la vieras, hasta puentes tenemos, ahora las calles
tienen una capa que la hace plana, es medio difícil de explicarte, pero ya no
hay barro, no hay pozos, si, como te lo digo, vas más rápido, y también unos
aparatitos que son la tuti, que puedes ubicar al que quieras en un segundo,
siii, en un segundo, acordate como me mandabas a buscar a mi hermana, por la
plaza, por donde tía, por el arenal, nunca, nunca, la encontraba, ahora no hay
eso, todo se controla, la comunicación es rápida y fluida.
Los tiempos han cambiado, el ritmo de vida ha
cambiado, pero hay algo que no cambia nunca y siento que nunca cambiara hasta
que nos volvamos a encontrar, es ese amor que te tengo y tenemos,
verdaderamente como nos haces falta.
Extrañamos eso, estar a tu lado, tu compañía,
tus consejos, eso, muchas veces no hice caso, pero ahora me doy cuenta que debí
hacerlo, extraño ese reclamo melancólico que hacías, ya verás cuando tengas
hijos, y si, ahora me doy cuenta que tenías razón, como no le hice caso a papá
les digo a tus nietos.
Hace mucho tiempo que no te veo, que no te
siento, cada vez que te recuerdo, me duermo pensando que en un sueño profundo,
me des las buenas noches, me acaricies como lo hacías, me beses, me hables al oído
y me digas lo que todas las noches de mi vida me decías : “Ustedes son la vida
de mi vida…los amo…” como no te dije lo mismo… y sobre todo agradecerte por
todo lo que nos diste e hiciste por nosotros y eso que siempre queríamos más.
Ahora que es un día muy especial, es Día del
Padre, te escribo esta carta, la dejare en la terraza de la casa, y estoy
seguro que se convertirá en una estrella y llegará a tus manos como llegaban
las cartas tuyas que siempre las esperaba, antes de despedirme, quiero decirte
que estoy luchando día a día para poder
dejar el gran legado que tú nos dejaste, ese que no cambio por nada, ese que me
enseñaste con tu cariño, ese que me enseñaste con disciplina, ese que guardo en
mi corazón, ese que guardo en mi recuerdo, ese que me acompaña todos los días,
eso, ser un excelente amigo…ser un excelente compañero…ser un excelente
Padre…daría lo que fuera por susurrarte al oído y decirte gracias…te amo…tu
hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario